Póngale play antes de comenzar a leer.
Herido, justo aquí donde
nacen las estrellas, jadeo
inquieto, como si el
tiempo y sus artificios
me hayan dicho que
nunca fuiste, que jamás
se dijeron estas letras
inocentes. Veo el mapa;
sollozo. Me doy cuenta
que éste no es mi
hogar, que esa hora
ya no será, que
los continentes son,
ahora, vapor. La sangre
jamás dejó de correr
y los caballos siempre
durmieron a lo largo
de tus venas: caída
libre. Impacto cálido.
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